El aprendizaje cooperativo presenta numerosos beneficios para los más pequeños. Nuestro cerebro es social y la cooperación es una recompensa cerebral.
Menagar es líder entre las escuelas infantiles de la Comunidad de Madrid gracias a los métodos educativos que se emplean. Disciplina positiva y acompañamiento emocional son las bases de nuestro sistema. El objetivo es que los niños se conviertan en adultos felices y plenos.
Aprendizaje cooperativo, ¿en qué consiste?
Se trata de un método pedagógico que promueve el aprendizaje y la socialización. Es muy beneficioso a nivel:
- social
- psicológico
- cognitivo
La finalidad de esta metodología es desarrollar aprendizajes competenciales mediante dinámicas de trabajo en grupo e interacción social.
Se definen roles claros y se fomentan valores como la participación, la ayuda mutua, empatía, responsabilidad, conciencia sobre el error propio y autorregulación.
Este tipo de dinámicas enseña a los alumnos a desarrollar la inclusividad y la atención a la diversidad.
¿Cómo funciona la recompensa cerebral?
Todos los aprendizajes que adquirimos impactan en la plasticidad de nuestro cerebro:
- Se activan regiones del sistema de recompensa cerebral asociado a la dopamina
- Esas regiones conectan el sistema límbico emocional con la corteza prefrontal
- Esta activación se produce porque la cooperación constituye una recompensa por sí misma, no es que se trate de un premio logrado a través de dicha cooperación
Lo que sucede entonces es que aumentamos:
- el altruismo
- la motivación de resistirse a buscar las ventajas a corto plazo
Cuando colaboramos, nuestros cerebros se sincronizan. Esto nos permite construir representaciones internas de los objetivos propios y ajenos. De esta manera, el desempeño de las tareas mejora notablemente.
Elementos del aprendizaje cooperativo
- Formación de grupos: favoreciendo la heterogeneidad
- Interdependencia positiva: los esfuerzos individuales de cada miembro benefician también al grupo
- Interacción cara a cara: se trata de compartir conocimientos y recursos, así como impulsar el éxito de los demás
- Responsabilidad individual: cada miembro del grupo tiene claras sus responsabilidades y cumple con su parte del trabajo
- Habilidades sociales: aprendemos a confiar, a gestionar el conflicto, promovemos el autocontrol, la escucha activa, la asertividad, etc.
- Evaluación grupal: los niños y niñas aprenden a autoevaluarse y tomar decisiones para mejorar
El trabajo cooperativo actúa sobre la motivación y el aprendizaje por encima del estilo competitivo o individualista.
Cuando el alumno/a se convierte en “profesor”, y ayuda a su grupo, es capaz de explicar mejor muchas cuestiones. Esto es así porque, al ser más consciente del proceso de aprendizaje propio, conoce bien las dificultades asociadas. Resulta además tremendamente motivador para ambas partes, lo que motivará en gran medida su aprendizaje.
Trabajar con los niños el aprendizaje cooperativo es:
- esforzarse para alcanzar los objetivos comunes
- adquirir competencias emocionales básicas
- aprender a comunicarse, respetarse y ser solidario
