Se acerca el buen tiempo y llega el momento de disfrutar de los parques. En muchos de ellos nos encontramos un elemento muy estimulante para los niños: la arena.
Ya sea en la playa, areneros o parques comunes, constituye una fuente inagotable de juego y diversión para los más pequeños.
Entre los múltiples beneficios que podemos encontrar, figuran los siguientes:
- Desarrollo sensorial: el contacto con la arena permite el desarrollo del olfato (la tierra mojada, tiene un olor muy particular), desarrollo del tacto (diferentes texturas y temperatura), desarrollo del oído (escuchar el sonido que produce al caer en el cubo, con la pala, etc.) y desarrollo de la vista (se pueden crear diferentes formas).
- Potencia la creatividad e imaginación: podemos manipular este material de mil formas y maneras, lo que contribuye a la libre creación artística de los niños.
- Favorece la atención y concentración: en niños muy nerviosos, se aprecia un aumento de la concentración mientras llevan a cabo estos juegos, dado que les permite abstraerse del resto de estímulos que les rodean.
- Aprendizaje de conceptos por contraposición, es decir, “lleno-vacío”, “frío-caliente”, “mojado-seco”, etc.
- Favorece la interacción, propiciando la comunicación y el lenguaje, siendo este juego un soporte para la socialización, tan importante en estas edades. No nos podemos olvidar que esta interacción también se produce con los adultos, si compartimos con los niños estos juegos, además de crear recuerdos inolvidables, como adultos, nos convertimos en modelos de comportamiento y lenguaje, enriqueciendo el aprendizaje de los más pequeños.
- Ofrecer una conexión con la naturaleza, permitiendo a los niños, cambiar el ambiente urbano por otro diferente. Es importante para su desarrollo manipular diferentes texturas y jugar en diferentes escenarios, lejos de los parques de corcho y asfalto.
- Potencia el juego simbólico, permitiendo la imitación de diferentes acciones de la vida cotidiana y roles de comportamiento.
- Estimulación a la lectoescritura: en edades más mayores, la arena se convierte en un “cuaderno” perfecto sobre el que practicar la escritura de las letras.
En definitiva, el juego con arena además de ser un recurso fácil de encontrar y favorecer el desarrollo integral de los más pequeños es uno de los materiales más elegidos por los niños para jugar, su versatilidad y fácil manejo hace que su imaginación vuele entre cubos, palas, moldes, etc.
Desde la escuela recomendamos encarecidamente el juego con este material. En Menagar tenemos la suerte de contar con este espacio tan beneficioso y divertido para nuestros niños.
